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El gateo es un hito fundamental en el desarrollo del bebé, tanto a nivel físico como cognitivo. Aunque algunos niños omiten esta etapa por completo o la atraviesan de manera diferente, el gateo ofrece múltiples beneficios que lo convierten en un proceso crucial para el aprendizaje y la maduración.
Fortalecimiento muscular y motricidad:
Desarrolla músculos esenciales: Gatear implica el movimiento coordinado de brazos, piernas, espalda y cuello, lo que fortalece la musculatura general del bebé y sienta las bases para habilidades futuras como caminar, correr y trepar.
Mejora la motricidad gruesa: El gateo refina la coordinación y el control de los movimientos corporales gruesos, permitiendo al bebé desplazarse con mayor precisión y fluidez.
Favorece la motricidad fina: La interacción con el suelo y los objetos durante el gateo estimula la motricidad fina, importante para actividades como escribir, dibujar y manipular pequeños objetos.
Desarrollo sensorial y cognitivo:
Estimula la visión: El gateo permite al bebé explorar el mundo desde una nueva perspectiva, mejorando su percepción espacial, la profundidad y la coordinación ojo-mano.
Fortalece el sistema vestibular: El movimiento durante el gateo estimula el sistema vestibular del oído interno, responsable del equilibrio y la orientación espacial.
Promueve la propiocepción: El gateo ayuda al bebé a tomar conciencia de su propio cuerpo y la posición de sus miembros en el espacio, lo que favorece la propriocepción.
Contribuye al desarrollo cerebral: El gateo estimula la creación de nuevas conexiones neuronales en el cerebro, lo que beneficia el desarrollo cognitivo, la memoria y el aprendizaje.
Autonomía y exploración:
Fomenta la independencia: El gateo permite al bebé desplazarse por sí mismo, aumentando su sentido de autonomía y confianza en sus propias habilidades.
Amplía las oportunidades de exploración: Gatear abre un mundo de posibilidades para el bebé, permitiéndole descubrir su entorno de manera más activa e independiente.
Refuerza la autoestima: Los logros alcanzados durante el gateo, como llegar a un objeto deseado o superar un obstáculo, contribuyen a fortalecer la autoestima del bebé.
Aspectos a considerar:
Cada niño sigue su propio ritmo: No existe un rango de tiempo específico para que un bebé comience a gatear. Lo importante es observar su desarrollo general y evitar comparaciones con otros niños.
Brindar un espacio seguro: Es fundamental proporcionar al bebé un espacio seguro y libre de obstáculos para que pueda gatear libremente sin correr riesgos.
Evitar el uso de andadores: Los andadores pueden limitar el desarrollo natural del gateo y sus beneficios asociados.
Consultar con el pediatra: Si existen inquietudes sobre el desarrollo motor del bebé, es importante consultar con el pediatra para obtener orientación profesional.
En resumen, el gateo es un proceso fundamental en la primera infancia que ofrece múltiples beneficios para el desarrollo físico, sensorial, cognitivo y emocional del bebé. Fomentar un ambiente seguro y estimulante que permita al bebé gatear a su propio ritmo es esencial para aprovechar al máximo esta etapa crucial de aprendizaje y maduración.
El Gateo y sus variantes:
- Arrastre: Este tipo de desplazamiento es el utilizado especialmente al principio del proceso, cuando el niño muestra sus primeros deseos de moverse, antes de empezar a gatear. Tumbado boca abajo, avanza reptando, adoptando el estilo comando y utilizando los antebrazos para impulsarse. Otra modalidad es el crol, en la que, como su nombre indica, el niño para desplazarse imita este estilo de natación.
- Peonza: Con la barriga apoyada aún en el suelo, el pequeño mueve los brazos hacia un lado y después las piernas, con lo que realiza una trayectoria circular en su marcha.
- Croqueta: De esta forma el bebé se traslada girando sobre sí mismo, ayudándose de manos y piernas y apoyando en el suelo primero al abdomen y luego la espalda.
- Serpiente. Al arrastrarse el pequeño describe pequeñas eses, emulando el movimiento de una serpiente.
- Sentado: El bebé, que ya ha aprendido a incorporarse y a mantenerse sentado, se inclina hacia delante y apoya las manos en el suelo. Con una pierna estirada y la otra flexionada se arrastra en esta postura con el culito sobre el suelo. Hay niños que nunca pasan de esta forma de gatear y de aquí pasan a la marcha bípeda directamente.
- Gateo típico: Esta es la manera más común de gatear. El niño apoya en el suelo las palmas de las manos y las rodillas y avanza siguiendo un patrón cruzado, es decir, adelantando el brazo izquierdo a la vez que mueve la pierna derecha y viceversa. Es la forma que más se asemeja a la manera de desplazarse de los mamíferos cuadrúpedos.
- Gateo del oso: Suele ser una fase posterior al gateo típico. El niño camina a cuatro patas pero apoyando manos y pies, en lugar de las rodillas. La postura se parece a la de un oso al andar. Suele durar poco tiempo por su incomodidad, dando paso a la postura erguida de pie.
- Gateo tipo "comando" o sobre el vientre: el bebé mueve su cuerpo hacia adelante mientras arrastra su vientre contra el suelo.
- Gateo de cangrejo: el bebé se mueve hacia atrás o de costado como un cangrejo, impulsándose con sus manos. Gateo rodante: el bebé se arrastra rodando de un lugar a otro.
En resumen, el gateo es un proceso fundamental en la primera infancia que ofrece múltiples beneficios para el desarrollo físico, sensorial, cognitivo y emocional del bebé. Fomentar un ambiente seguro y estimulante que permita al bebé gatear a su propio ritmo es esencial para aprovechar al máximo esta etapa crucial de aprendizaje y maduración.